Construcción de una definición consensuada de fragilidad mediante un proceso Delphi modificadoProyecto "Frailty Operative Definition-Consensus Conference"

  1. González Colaço Harmand, Magali
Dirigida por:
  1. Leocadio Rodríguez Mañas Director/a

Universidad de defensa: Universidad Europea de Madrid

Fecha de defensa: 14 de marzo de 2016

Tribunal:
  1. Fernando Rodríguez Artalejo Presidente/a
  2. Ángel Rodríguez Laso Secretario/a
  3. Mª José Andrés Prado Vocal
  4. Pedro Gil Gregorio Vocal
  5. Pedro López-Dóriga Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La fragilidad es un concepto relativamente nuevo que trata de mejorar nuestro entendimiento sobre porqué muchas de las personas ancianas desarrollan discapacidad y otros eventos de salud negativos al final de su vida. El concepto de fragilidad ha surgido de númerosos estudios y discusiones teóricas, pero hasta ahora, no hay un claro consenso en cuanto a su definición. La mayoría de los investigadores definen la fragilidad como un “síndrome” y se han propuesto númerosas definiciones, cada una con sus ventajas y desventajas. Con una popularidad creciente, estas definiciones de fragilidad han proliferado, cada cual incluyendo un nuevo aspecto relevante, proponiendo nuevas dimensiones o afinando su exactitud en los contextos y objetivos específicos para las cuales fueron creadas (por ejemplo, con fines epidemiológicos). El mayor problema de las actuales definiciones de fragilidad es su falta de validación en estudios prospectivos longitudinales bien controlados, la falta de soporte para definir de forma unidimensional a este complejo síndrome, y la escasez de estudios que prueben la capacidad predictiva de las definiciones actuales en la práctica clínica. Hay una evidencia cada vez mayor de que en el desarrollo de la fragilidad intervienen múltiples factores biológicos, clínicos y sociales. Todos estos factores interactúan para producir situaciones en las que el sujeto está en alto riesgo de desarrollar discapacidad y tener una pobre calidad de vida. Estos múltiples factores que conducen a la fragilidad han obstaculizado que se alcance una definición única, completa y operativa de fragilidad. Además, las definiciones existentes de fragilidad tienden a sesgar en favor de los factores sociales, biológicos o clínicos según la formación y la experiencia de los investigadores al cargo de construir la escala. Por otro lado, los marcadores de fragilidad, individuales o en combinaciones, pueden ser tan importante como el propio modelo de fragilidad. Es clave desarrollar marcadores biológicos de fragilidad que puedan apoyar el diagnóstico clínico en la predicción de la aparición de fragilidad y su progresión hacia la discapacidad y otros eventos adversos. Para concluir, la fragilidad ha atraído la atención de investigadores en númerosas áreas de estudio. Sin embargo, a pesar de este interés, la necesidad de desarrollar una definición operativa de fragilidad que pueda ser trasladada en un instrumento clínico sigue siendo primordial si se quiere mejorar la calidad de vida y la salud en la población anciana. Además, esta definición debe ser aplicable en población general, para permitir la identificación y el seguimiento de las poblaciones en mayor riesgo, de tal modo que las políticas de intervención en salud pública puedan monitorizarse de forma adecuada. Objetivo El objetivo de la presente tesis es alcanzar una definición de fragilidad consensuada entre expertos en la materia, que sea aplicable y operativa en la práctica clínica. Metodología Se desarrolló una metodología Delphi modificada basada en el procedimiento clásico pero con las siguientes modificaciones: se incluyeron panelistas expertos en fragilidad internos y externos y se reclutó un Grupo de Supervisión Externo; se incluyó un cuestionario abierto preliminar y dos rondas sucesivas de cuestionarios cerrados; se añadieron reuniones presenciales para facilitar la comunicación entre expertos; se establecieron criterios relativamente estrictos para definir el consenso. Se asignó un total de 31 expertos internos en 5 grupos de trabajo: médicos geriatras, médicos no geriatras, trabajadores sanitarios no médicos, científicos en ciencias básicas y trabajadores en Ciencias Sociales. Además, se estableció un panel de 118 expertos externos encargados de responder a los cuestionarios cerrados desarrollados por los panelistas internos. Finalmente, se constituyó un Grupo de Supervisión Externo con 10 renombrados expertos internacionales que no estaban directamente implicados en el proyecto pero que supervisaban la metodología y las conclusiones finales del estudio. Resultados La tasa de respuesta fue de alrededor del 75% para cada uno de los cuestionarios cerrados. Los expertos aceptaron finalmente un total de 39 frases sobre las 134 propuestas (29,1%). Analizando las frases aceptadas en cada categoría (concepto, biomarcadores, discapacidad y comorbilidad), se alcanzó un claro acuerdo en las diferencias entre fragilidad y discapacidad, con más del 66,6% de las frases aceptadas en este bloque de preguntas (6 sobre 9 de las frases propuestas). Además, 22 de las 57 frases relativas al marco conceptual de la fragilidad alcanzaron consenso. Sólo el 15,9% de las frases de biomarcadores se aceptaron (10 frases de las 63 propuestas). En cuanto a las diferencias entre la fragilidad y la comorbilidad, se alcanzó consenso en el 25 % de las frases propuestas en esta área (1 sobre 4). Conclusión El abordaje adoptado en el presente estudio nos ha permitido extraer conclusiones de un amplio rango de disciplinas interesadas en el estudio de la fragilidad; además han ofrecido mecanismos para compartir información y un procedimiento claro para definir el consenso, articulando las áreas de acuerdo y desacuerdo interdisciplinar sobre la fragilidad, que puede servir de guía para futuras investigaciones, aplicación práctica y en la elaboración de políticas sanitarias.